Hablar de fútbol en el Perú, en este momento es llenarse la boca de vergüenza. Y esta vez no solo por los resultados nefastos obtenidos por nuestra selección mayor, o una sub – 15 de la que se esperaba mucho mas, y a pesar de que no es para sepultarlos, demuestra lo atrasados que estamos a nivel sudamericano. De no ser suficiente, basta mencionar los constantes papelones internacionales de nuestros equipos en competencias Sudamericanas -exceptuando al fenómeno de Cienciano en el 2003-.
No contentos con esta triste realidad, y cuando pensábamos que nada podía ruborizarnos aún mas, un grupo de jugadores -si se les puede llamar de esta forma- a voz en cuello con un desparpajo solo comparable a la desvergüenza que muestran en la cancha durante los partidos, ha salido a culpar a los dirigentes de la derrota frente a Ecuador, debido a que no quisieron reconocerles los 8 000 mil dólares por concepto de premios a consecuencia del “honrosísimo” empate con el Scratch y esto llevo al grupo a desconcentrarse. Tremendo descomedimiento es solo concebido en la mente de un mediocre jugador de julbo peruano. Es cierto que un dirigente no puede negar un acuerdo previo, pero esto solamente nos lleva a otra pregunta, ¿quien fue el criminal que acordó tan ofensiva cantidad de dinero por tan ínfimo resultado, teniendo en cuenta la localía y la necesidad de puntos de nuestra selección? ¿En que cerebro con una pizca de sentido común se les ocurre ofrecer tan desproporcionada cantidad de dinero por un resultado que se debería obtener por un acto de vergüenza deportiva y no supeditado a las ganancias que el mismo significaría?
El fútbol peruano, ahora sí, toco fondo. Y si hay algo positivo hay en esto, creemos, es que de aquí en adelante solo podríamos mejorar, siempre y cuando se realice un cambio a conciencia, desde la raíz. De no ser así seguiremos viviendo en esta nebulosa de mezquindad, gobernado por ineptos de saco y corbata, atornillados a un cargo que les quedo por demás grande y para el cual demostraron exagerada ineptitud. Acompañados siempre por un grupo de jugadores “pecho frío”, sin ganas de ganar, y ahora, mas interesados en el cobro de premios exorbitantes, que en lograr la clasificación a un mundial. Ahora si parece que las ratas mostraron la cola, y debemos tomar cartas en el asunto, jugar por la selección es una distinción, no un fin de lucro, en la selección deben estar los que estén dispuestos a dejarlo todo por sus colores y no por el verde color del dinero.
No contentos con esta triste realidad, y cuando pensábamos que nada podía ruborizarnos aún mas, un grupo de jugadores -si se les puede llamar de esta forma- a voz en cuello con un desparpajo solo comparable a la desvergüenza que muestran en la cancha durante los partidos, ha salido a culpar a los dirigentes de la derrota frente a Ecuador, debido a que no quisieron reconocerles los 8 000 mil dólares por concepto de premios a consecuencia del “honrosísimo” empate con el Scratch y esto llevo al grupo a desconcentrarse. Tremendo descomedimiento es solo concebido en la mente de un mediocre jugador de julbo peruano. Es cierto que un dirigente no puede negar un acuerdo previo, pero esto solamente nos lleva a otra pregunta, ¿quien fue el criminal que acordó tan ofensiva cantidad de dinero por tan ínfimo resultado, teniendo en cuenta la localía y la necesidad de puntos de nuestra selección? ¿En que cerebro con una pizca de sentido común se les ocurre ofrecer tan desproporcionada cantidad de dinero por un resultado que se debería obtener por un acto de vergüenza deportiva y no supeditado a las ganancias que el mismo significaría?
El fútbol peruano, ahora sí, toco fondo. Y si hay algo positivo hay en esto, creemos, es que de aquí en adelante solo podríamos mejorar, siempre y cuando se realice un cambio a conciencia, desde la raíz. De no ser así seguiremos viviendo en esta nebulosa de mezquindad, gobernado por ineptos de saco y corbata, atornillados a un cargo que les quedo por demás grande y para el cual demostraron exagerada ineptitud. Acompañados siempre por un grupo de jugadores “pecho frío”, sin ganas de ganar, y ahora, mas interesados en el cobro de premios exorbitantes, que en lograr la clasificación a un mundial. Ahora si parece que las ratas mostraron la cola, y debemos tomar cartas en el asunto, jugar por la selección es una distinción, no un fin de lucro, en la selección deben estar los que estén dispuestos a dejarlo todo por sus colores y no por el verde color del dinero.
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