viernes, 23 de noviembre de 2007

La manito de Ecuador

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Jugada la cuarta fecha de la fase clasificatoria al mundial de Sudáfrica 2010 -hoy más que nunca, para nosotros, se convierten en “las eliminatorias”-, me parece que ni el más entusiasta de los hinchas peruanos podría considerar la posibilidad de ir al mencionado certamen internacional. Es más factible que el Total Clean consiga la copa Sudamericana, a que Perú sea parte de la justa mundialista del 2010.

Si de indicar culpables se trata, sería injusto sindicar solo a uno. La culpa es de todos, excepto los hinchas, los verdaderos hinchas, claro está. Es culpa de nuestros geniales dirigentes, que no hacen sino seguir nublando el panorama del fútbol peruano con sus ansias de poder, por esa insana intención de perpetuarse en un cargo para el cual han demostrado ampliamente su incapacidad.

Por otro lado es la salida más fácil, y la más usada, volcarle la culpa a estos infructuosos comediantes vestidos de terno. Es imposible hacer una crítica sin culpar a un cuerpo técnico que en tres meses ha dejado tantas dudas como goles en contra tenemos en tan solo cuatro fechas del torneo. Planteamientos que no convencen, convocatorias por demás debatibles con jugadores que no han hecho méritos suficientes para estar en una selección. Un entrenador que intenta mostrar un estilo europeo imposible de aplicar en una realidad tan pobre como la nuestra.

Son además culpables los jugadores, y enfoquémonos en el partido que acabamos de vivir frente a Ecuador. Un equipo sin alma, esperando que el partido se acabe aproximadamente a los 30 minutos del primer tiempo, incapaz de crear una sola jugada de peligro en 45 minutos. Lo hecho por Perú en Quito es una vergüenza, el nivel mostrado fue definitivamente lo mas pobre de Sudamérica, considerando lo hecho por Bolivia, aún así pareciera mas bajo. Es cierto que el grupo de jugadores con nivel de selección se puede contar con los dedos de una mano, pero inclusive así no se justifica el papelón que nos ha hecho vivir esta selección.

Una vez más nos vemos prematuramente eliminados de un mundial, con solo cuatro fechas y a pesar de que matemáticamente estamos en capacidad, futbolísticamente estamos bastante lejos. Otra vez con un grupo de jugadores en el papel importante, no somos capaces de conseguir un resultado positivo. Son los hinchas quienes nuevamente sufren una desilusión, pero esta vez, otra vez, acompañada de vergüenza. Lo dijimos en el post anterior y lo volvemos a decir: lo de Brasil fue un espejismo, los pentacampeones jugaron a ritmo de entrenamiento. Pero la prensa sensacionalista se encargó de hacerle creer al público que habíamos resucitado. Gracias Ecuador por darnos una manito –literalmente- y hacernos volver a la realidad.

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