viernes, 23 de mayo de 2008

Lágrimas de hombre 12: César Ccahuantico

El “Sinchi”, como se le conoce en su natal Cuzco, parte del Cienciano campeón de la Sudamericana, ha traído más problemas que alegrías a lo largo de su paso por el equipo rojo, pero sorprende la delicadeza con la que ha sido tratado por el impredecible Juveco.

Luego de haber sido acusado de cortarle el rostro a una mujer, en el punto mas álgido de una discusión, luego de unas tantas cervezas a mitad de la noche, haberse ausentado a incontables entrenamientos por no soportar la resaca de las noches anteriores, siendo parte de incontables juergas, aún así, el castrense Juvenal Silva, que siempre quiso dar la imagen de sujeto duro, firme, infranqueable, encontró en Cesitar, su talón de Aquiles. Pareciera que el buen Juvenal se desviviera por el turbulento futbolista cuzqueño, siendo quizá esto último lo que los liga de forma casi visceral. Ese lazo de hermandad, de compadrazgo, esa relación tan intima, creada por su origen étnico, por así decirle, le abre las puertas al sedicioso Ccahuantico para hacer lo que le venga en gana dentro del plantel cuzqueño.

Pero esta vez parece que, incluso el hijo putativo de Silva, el hijo del Sol, el sinchi, el predilecto de los hinchas cuzqueños, el único cuzqueño del cuadro de Franco Navarro, se excedió, tal cual sucediera con Waldir Saenz y el robo a la casa blanquiazul, Cesar Ccahuantico estaría implicado en el robo de 90 mil soles a la sede central del Cienciano.

La policía asegura que encontró el número de uno de los asaltantes entre las llamadas hechas al jugador. De esta forma lo citó a declarar el día lunes 12 de Mayo, de tal manera que haga su descargo.

Una vez mas la imagen de un futbolista esta intrínsecamente ligada al mundo del hampa, no es la primera, pero esperemos que sea la última vez que el nombre del fútbol peruano se vea embarrado por sujetos de esta calaña, capaces de ir contra los intereses de sus propios equipos. Esperemos que este asunto quede esclarecido y en caso se encuentren culpabilidades, se sancione con el mayor rigor posible al o los implicados y limpiemos el balompié nacional de tanta cochinada.

La bronca de "Ropita"

Que Renzo Benavides no ha cumplido un buen año, es verdad. Que Renzo Benavides sufre del mal del gol, y es que no anota uno hace sabe Dios cuantas fechas, --no recuerdo un gol de Benavides en los últimos 5 meses, contando partidos amistosos!!--, es cierto. Que Renzo Benavides no justifica el sueldo que ostenta, recordemos que al mismo estilo Montaño --sin pre-contratos, claro--, Universitario y Alianza se disputaron los servicios del, en ese momento, goleador del Ancash, siendo los de La Victoria los que presentaron la mejor oferta y el buen “ropita” decidió firmar por los íntimos. Solo para convertirse hoy, en el jugador mas criticado por la barra aliancista.

Entonces, tomando en cuenta esto, la directiva de Alianza, en una mas de sus insignes participaciones, esas con las que nuestros dirigentes nos sorprenden muy a menudo, decidió, por supuesta recomendación del psicólogo del club, darle unas merecidas vacaciones al Benavides, con, al parecer, la intención camuflada de apartarlo definitivamente del equipo. El estrés que supuestamente sufre Benavides no puede ser tratado de mejor forma que mandándolo a ver televisión a su casa, apartándolo del plantel con el cual el se encuentra comprometido. Genial actuación, una vez mas, de los directivos aliancistas y del emulo de Freud con el cual trabajan.

El plantel, junto con el técnico, salió en defensa del jugador. Fue ahí cuando la directiva camuflo su maquiavélico plan, con un supuesto permiso de tres días, que no significaba la separación del jugador y una hemorragia de estupideces típicas de quienes manejan el fútbol en nuestro país y creen que tratan con gente torpe, que no se da cuenta de sus inmundicias. Solo entonces, la directiva aliancista prometió no iniciar la tan mentada purga que parecía inminente en el cuadro íntimo.
Pero no deja de resultar irrisorio, que los directivos “vean por conveniente”, para un jugador que pasa por una sequía de goles, enviarlo a su casa, a descansar, distraerse, relajar las piernas y no entrenar con más fuerza, con el único objetivo de revertir ese mal momento. Se nota claramente el conocimiento y criterio que tienen los directivos aliancistas, abandonando a un plantel que sufre las consecuencias de una mala gestión del “señor” Carlos Franco. Tal cual abandonaron a Miguel Angel Arrue, en ese supuesto proyecto de divisiones menores, la directiva muestra un abandono total a un equipo que no pasa por un buen momento, y que sin el apoyo de quienes manejan el club, muy difícilmente puedan revertir tan magra campaña.

miércoles, 14 de mayo de 2008

Objetivo: Salir campeón

Universitario de Deportes acostumbró a sus hinchas, durante muchos años, a ganar el titulo. Fue el equipo con más campeonatos en la década de los 90, constantes participaciones coperas –buenas o malas, participaciones al fin--, formando equipos respetables, acordes con la esencia del club. Pero luego del tricampeonato, los éxitos nacionales quedaron en el pasado: malos manejos dirigenciales, a los que se le puede poner Nombre y Apellido --Alfredo Gonzáles--, convirtieron al cuadro merengue en un solo de fracasos, pésimas campañas y uno que otro papelón internacional.

Pero luego de un recambio en la dirigencia merengue, el ingreso de nuevos capitales --Grupo Santo Domingo--, la contratación de jugadores de nivel y un entrenador de trabajo serio y constante, la “U” se convirtió, por primera vez en varios años, en un candidato serio. Pero había un enorme problema, futbolisticamente, todavía se notaba marcada dependencia para con el diez colombiano. Y eso, en un equipo con pretenciones, no es permicible.

Bajo ese criterio, luego de la lesión de Candelo, muchos pensaron --otros soñaron--, que el equipo crema no tenía opción, un año mas sin títulos. Ahí entonces aparece la figura curva de un jugador extraño, por decirlo menos, con ademanes de crack, con pinceladas de genio, pero que suda indiferencia. Donny Neyra, es definitivamente el jugador más importante del equipo merengue en este momento, pero a pesar de llevar al equipo puntero, no logra ganarse a la hinchada, por esa displicencia y ese desdén que muestra muchas veces. Pero es sin duda el principal responsable de esta buena campaña, acompañado por un plantel que está a muerte con el técnico, y además, algo que solo puede pasar en equipos grandes, de tradición, cuenta con un gran numero de hinchas dentro de su mismo plantel, --Rainer Torres, Miguel Torres, Raúl Fernández, Oscar Ibáñez, Gregorio Bernales, Antonio Gonzáles, Jesús Rabanal, Víctor Balta, Jorge Araujo, entre otros-- jugadores que parece que vivieran el partido como si estuvieran en la tribuna, que dan la vida por una camiseta.

Así entonces, este año la “U” parece haber recuperado la mística, el cartel de equipo grande, que gana a veces jugando feo, pero gana por el peso de la camiseta, respaldado, después de mucho tiempo, por una hinchada en plenitud, como lo demostró en el clásico, no los dos mil hinchas que llevaba en campañas anteriores. Esta vez la gente crema se ilusiona, y no es en vano. El equipo merengue mantuvo la base del año pasado, y por sobre todo, mantuvo un grupo unido, quizá el único motivo por el cual Johan Fano podía dejar el equipo. Universitario es un plantel, es un equipo, nótelo en las celebraciones, nótelo en las declaraciones, nótelo en la cancha. Siempre se ha dicho que los equipos campeones históricamente se han caracterizado por mantener grupos unidos, que enfrentan como un puño a las adversidades que nuestros geniales dirigentes suelen enfrentarlos –basta recordar el último título ganado por Universitario, un equipo impago por meses se impuso, gracias a la unidad del plantel, en el Apertura 2002--.

Gracias a esto, el cuadro de Odriozola tiene ese aura de equipo campeón, a pesar que Cristal le resopla en la nuca, el cuadro de Gareca, sino uno de los principales responsables de este cambio, mantiene un orden, y demuestra, domingo a domingo, que su único objetivo es salir campeón.

La juerga interminable

La resaca del Golf Los Incas todavía no pasa. Fue tan grande el escándalo, que hasta ahora, varios meses después, todavía se discute sobre perdones, culpabilidades, castigos, y demás --Solo basta escuchar a Alexandra Del Solar, malinterpretando las palabras de su hermano, y asegurando que Pizarro debería ser indultado, una más de CMD!!--. Pero un rumor, que ya en su momento se había escuchado, vuelve a tomar fuerza a medida que se acerca la hora de la convocatoria, Carlos Lobaton, Mario Gómez y Miguel Mosto, serían tácitamente sancionados por el entrenador de la selección Peruana. Al parecer, las pesquisas realizadas por José “Chemo” Del Solar indicarían que estos tres jugadores también estuvieron envueltos en aquella noche de farra.

Definitivamente los implicados en la juerga del Golf merecían ser castigados, pero, entonces, como es posible que nuestro detectivesco entrenador encuentre más jugadores involucrados en tamaña falta de respeto, y la comisión encargada de imponer el orden, y devolver la legalidad a una selección que es reconocida por sus escándalos, más que por sus virtudes.

Los ecos de justicia, sanciones más drásticas ó desafecciones de por vida, todavía se escuchan por la Videna, sin embargo, al parecer, no solo fueron amables al castigarlos con dos años sin jugar por la selección y veinte mil dólares por concepto de daños y perjuicios, sino además, no se sancionó a todos los implicados, no se destituyó a todos los incapaces de mantener el orden en una concentración. Algún dirigente puso su cargo a disposición?, Quizá algún encargado de seguridad??, algún presidente de comisión???, Tal vez algún Presidente de Federación????, uno que viene embarrándola durante casi 25 años si contamos los que anduvo bajo las ordenes del patibulario Nicolas Delfino.
El Golf no fue solo una burla, sino que además, debió marcar el fin de una era, cargada de fracasos, atropellos, e irregularidades. Debió ser una suerte de video Couri-Montesinos, el detonante de una purga, una limpia de la federación de tanta escoria que hasta hoy abunda en los pasillos de la Videna, con esa cara de comechados, con esa pinta de desfachatados y con esa ostra que los caracteriza.

lunes, 12 de mayo de 2008

...Cria Cuervos...

Otra vez los argentinos y su marca futbolística. Esa garra que los hace fuertes en los momentos más complicados. Chocaron dos equipos que enfrentaban esta Libertadores de manera distinta, pero con la misma necesidad por ganarla: River, urgido, cada vez más, por títulos esquivos hace años; y San Lorenzo, que debe justificar la inversión hecha en busca de un doblete histórico: Clausura y Libertadores –que nunca la ganó-, en el mismísimo año de su Centenario. Uno de los dos quedaría en el camino.

La hinchada de River llenó el Monumental, confiando en su equipo a pesar de la derrota en el clásico, y confiando en ese gol anotado de visitante en el Nuevo Gasómetro. Ganando por la mínima estaban en cuartos. Además enfrentaban a los hijos de siempre.

Pero el hijo se reveló, los cuervos enfrentaron a las gallinas como se juega, históricamente, la Libertadores: totalmente concentrados, pierna fuerte, pura garra y sobretodo, con hambre de gloria. Y parecía que esa gloria se quedaba en el camino, primero a los 11 minutos, tras el gol de Abelairas; después a los 42, cuando se fue expulsado Rivero. Perdían 1-0 y con 10, terminado el primer tiempo. Después vino la estupidez de Botinelli, parecía un niño picón que recién empieza en el fútbol, aplicando un espectacular codazo a Falcao, dentro del área. Roja y penal convertido por el Loco Abreu –ex cuervo-. 2-0, faltaban 30, y con 2 hombres más. Los más de 50mil hinchas “millonarios” daban por segura la clasificación. Los 8mil cuervos soñaban con el milagro en la bandeja del visitante. Y entonces sucedió: de la mano de D´alessandro, hincha confeso de River, guiados por el Pelado Díaz, y con la firme convicción de que este año es su año, nueve cuervos se comieron 11 gallinas. Fueron 5 minutos en los que los de Nuñez se durmieron, se dejaron llevar por el exceso de confianza que bajaba de las tribunas, y San Lorenzo no perdonó. Dos goles de Bergessio regresaron a la realidad a un River que en una semana volvió a ser el de los últimos años: un grande que se olvidó de ganar, y al que cualquiera de sus hijos le falta el respeto cuando quiere.

viernes, 2 de mayo de 2008

...Yo que fui tormenta...

…Yo que fui tornado, hoy soy un volcán….apagado… cita una muy conocida canción de José José, que pareciera dedicada al flamante jale aliancista, Jorge “el camello” Soto, quien la noche del clásico no llegó ni a ventisca, fue simplemente un soplido. Pero culpar al ex jugador de Sporting Cristal sería injusto, él se niega a abandonar el fútbol, buscaba una oportunidad de callarle la boca a quienes tanto lo vilipendiaron a su salida del cuadro celeste, quizá sospechaba jugar en algún equipo de provincia, pero de pronto, se le apareció la Virgen, Alianza Lima le hizo llegar una propuesta solicitada, sospechamos, por el entrenador del cuadro íntimo, quien por esas casualidades de la vida y por esos azares del destino, no es sino su hermano José. La dirigencia aliancista cumplió con los requerimientos del profesor Soto y contrató al jorobado ex capitán celeste.

El camello, que viviera sus mejores momentos en el cuadro del Rimac, recordado por aquel gol memorable a Jose Luis Chilavert, que eliminara a Vélez de la copa libertadores, luego que el paraguayo se preguntara en plena conferencia de prensa: “Soto?? Quien es Soto??”, o recordado por sus constantes y regulares presentaciones en la selección nacional, sobre todo en la era Oblitas, no es más que la sombra de aquel jugador, y no por una vida promiscua, vale recalcar que se le conoció como un jugador que supo cuidarse, controlarse, simplemente que los años pasan factura, el tiempo corre, el tiempo sigue su curso, el tiempo no se detiene, como diría el imperecedero Roberto Zegarra.

Jorge Soto cumplió un ciclo, y debió aceptarlo, estos magros intentos por revivir una carrera luego de una lesión que lo apartó casi un año de los terrenos de juego son inútiles. Y sería importante que José se de cuenta de eso, y no le haga mas daño, ni a Alianza, ni a su propio hermano, alargando una agonía que no merece alguien que en algún momento se pudo jactar de ser un referente de nuestro fútbol.

Lo dijeron los que más saben, el momento mas difícil en la vida de un futbolista es aceptar el momento del retiro, el fútbol se convirtió en parte indispensable de tu vida, no en vano vemos casos como los de Romario o los porteros Argentinos Navarro Montoya y “el loco” Gatti, así encontraríamos miles de casos en el mundo, el buen camello no va ser ni el primero ni el último. Pero si hay un momento ideal para que Jorge decida dejar el fútbol, ese momento es ahora, y debería aprovecharlo.

Clásico es amarte

Independientemente del resultado, lo que se vivió el pasado miércoles en el estadio Nacional, fue una verdadera fiesta. Ni los exuberantes precios de la reventa, ni el peligro que representaba la caótica presentación de la avenida Arequipa, cargada de piedras y palos, lo que convertía la salida del estadio en una suerte de campo de batalla perfecto -- si el clásico no se jugó en el Estadio Monumental porque se consideraba peligroso, cómo se decidió entonces jugar en un Nacional en el que la salida no era sino el marco perfecto para una masacre?--. Pero gracias a la policía y al hasta cierto punto buen comportamiento de los asistentes, tuvimos la suerte de vivir un espectáculo como el que no vivíamos hace mucho. Desde la 5:30 de la tarde los asistentes empezaron a colmar un estadio que aquel día, más que nunca, se mostró imponente, altivo, como si tratara de explicarnos que no se merece una cancha sintética, como si pidiera a gritos que la selección peruana juegue sus partidos ahí, donde todo peruano se puede sentir local.

Las dos barras más grandes de nuestro país nos regalaron una guerra de cánticos, arengas, insultos, bengalas, explosiones y baladros, que pocos de los que vivimos aquellos memorables noventa minutos podríamos olvidar. En la cancha, si bien no se vio un nivel superlativo, los jugadores pusieron de su parte, dejando hasta el pellejo --por más literal que pueda sonar, teniendo en cuenta los efectos del césped sintético del estadio sobre la piel--, luchando cada pelota; forcejeos, insultos, manotazos, penales dudosos, burlas, goles de último minuto, y todos aquellos matices que un clásico respetable debe tener. No faltará por ahí algún cucufato que diga que debe primar el respeto entre compañeros y jugar como camaradas, bahh!!, bobadas!!!, los clásicos se juegan al límite, olvidándose por ese lapso de tiempo de amistades, compadrazgos, simpatías, o lo que sea. El clásico se vive al máximo, desde adentro y desde afuera.

Por eso, este post no es mas que un aplauso, un merecido homenaje a los hinchas, a esas 41 mil almas que convirtieron la noche del 30 de abril en un momento glorioso, que nos demostró que el fútbol está más allá de los estratos, racismos ó cualquier otra tara social: negros, cholos, blancos, chinos, se perdieron en un solo abrazo en cada gol.

Para muchos, y porque el fútbol es a veces injusto, sólo será una anécdota, aunque el fútbol da revanchas. Pero hay 30 mil locos que no se olvidarán de ese minuto final, ese segundo en que la pelota cruza la línea de cal, donde se expulsa de un grito toda la furia contenida, ese instante en el que uno descubre que vale la pena ser HINCHA!!!.