Todos somos conscientes de lo pobre que es el torneo local, donde destacan los conflictos dirigenciales, amnistías, la constante mecedora en torno a la baja y todas las demás particularidades de un certamen que año a año pierde credibilidad e interés entre los hinchas. Es un campeonato marcado por la irregularidad de los equipos. Bastaría con señalar que el actual campeón del apertura -San Martín- se encuentra en el último lugar del clausura y el actual puntero del campeonato -Bolognesi-, luego de terminar en el primer semestre en el último lugar, pelea por defender la categoría en la tabla del acumulado. Pero entonces uno podría simplemente exteriorizar bajo las premisas presentadas: “este campeonato está para cualquiera”, “todos pueden ser campeones, qué emocionante”. Pero lo que vemos dentro de la cancha es una realidad que no se ajusta a estas expresiones. Acabamos de vivir la decimosexta fecha del campeonato, una fecha que no hace más que confirmar lo mencionado líneas arriba. Un campeonato que gana en emotividad, sí, pero no es por un alza en el nivel de juego de los equipos. Se nivela en relación al magro rendimiento de los normales animadores del certamen. Repasemos:
Sporting Cristal peleando por no descender – en caso haya baja-. Alianza Lima recuperándose de un inicio bastante pobre. Universitario cediendo puntos como local ante rivales en el papel bastante más discretos. Cienciano perdido en su irregularidad, es uno en Cuzco y otro fuera de él. San Martín, dormido en sus laureles, no hace mas demostrar que aún no es un equipo grande y debe consolidar todo lo bueno que puede estar haciendo dirigencialmente. Bolognesi trata de limpiar en este Clausura, todo lo malo –que digo malo, pésimo-, que hizo en el apertura. Sport Boys, cansado de buscar un once ideal, no puede consolidarse como un concreto animador del campeonato.
¿Entonces? ¿Podemos apuntar que tenemos un campeonato emocionante? ¿O es el nivel tan bajo que empareja a los grandes con los chicos y eso crea un espejismo tal, que parece que tenemos un campeonato medianamente competitivo?
Sporting Cristal peleando por no descender – en caso haya baja-. Alianza Lima recuperándose de un inicio bastante pobre. Universitario cediendo puntos como local ante rivales en el papel bastante más discretos. Cienciano perdido en su irregularidad, es uno en Cuzco y otro fuera de él. San Martín, dormido en sus laureles, no hace mas demostrar que aún no es un equipo grande y debe consolidar todo lo bueno que puede estar haciendo dirigencialmente. Bolognesi trata de limpiar en este Clausura, todo lo malo –que digo malo, pésimo-, que hizo en el apertura. Sport Boys, cansado de buscar un once ideal, no puede consolidarse como un concreto animador del campeonato.
¿Entonces? ¿Podemos apuntar que tenemos un campeonato emocionante? ¿O es el nivel tan bajo que empareja a los grandes con los chicos y eso crea un espejismo tal, que parece que tenemos un campeonato medianamente competitivo?
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