lunes, 2 de mayo de 2011

¿Viendo fantasmas?




El hincha del fútbol es muchas veces ingrato, y es que la pasión que genera el fútbol es tan grande, que las pólizas de seguro de cuerpo técnico y jugadores, hay que renovarlas año a año. No vale nada un título a partir del primero de enero del año siguiente, pasa a ser un recuerdo, y el ciclo empieza de nuevo, se exigen resultados, se putea, se celebra, y todo lo que un campeonato largo implica para los que asistimos a los estadios mostrando amor por algún club.



Es precisamente por esto que el trabajo del entrenador es uno de los más difíciles del mundo, porque por mucho que se le pueda reconocer el merito durante una temporada, si los resultados no acompañan al año siguiente, sea copa o torneo nacional, las críticas son inmediatas, no dan tregua, y ante la imposibilidad de cesar a todo un plantel, es la cabeza visible del proyecto quien primero desaparece.



Esto lo saben todos los entrenadores en el mundo, o por lo menos todos los que ostentan un coeficiente intelectual superior a los dos puntos. Es así, les guste o no. Porque aunque no se le puede permitir la agresión física o el hostigamiento personal, todo lo que esté fuera de esos parámetros, son actitudes totalmente válidas. El ‘puteo’ si el equipo no responde, la molestia si el equipo no juega a nada, la cólera por las malas contrataciones, etc. Y es que si en el campo del amor, son los celos -no patológicos- la muestra palpable del cariño hacia una persona, cómo puede demostrar el fanático que quiere a su equipo, si no se indigna ante un 0-1 de local, y no suelta un carajo o una mentada de madre. El que se ofenda, que se dedique al Golf.



Pero muchas veces, en el calor del partido, técnicos y jugadores son víctimas de los impulsos, y reaccionan ante estos reclamos de mala manera. Justamente esto fue lo que le pasó al profesor Gustavo Costas este sábado en Matute, quien reaccionó de forma inadecuada ante los reclamos de un hincha a su espalda.



Contextualicemos. Alianza empataba a cero con CNI en Matute. El cuadro del barrio obrero necesitaba un triunfo para amanecer como puntero, a la espera de lo que hagan Cienciano y Aurich en sus respetivos encuentros. Alianza hacía de local tras perder con Aurich la punta y el invicto. Los íntimos no venían haciendo un buen partido, y el ‘Yuyo’ Libman venía siendo figura.



Ante esto, y con razón, el público aliancista entraba en trompo, reclamaba más de su equipo ante un rival línea por línea inferior. Pero al parecer el profe ‘Costitas’ no entendió la parte de que el Hincha tiene la razón, y luego del gol aliancista, reaccionó de forma violenta frente a un exaltado seguidor blanquiazul, que desde atrás le reclamaba, sabe dios en qué lenguaje, es verdad, pero amparado por el derecho que le proporciona pagar su entrada, a desmedro de un DT que cobra no pocos dólares al mes.



Puede que muchos pasen el incidente por agua tibia, puede por otro lado que no quede en más que una anécdota, pero que sirva para dejar en claro que ningún entrenador o futbolista debe rasgarse las vestiduras por los insultos de la tribuna en una mala tarde, ellos son profesionales, tienen muchos años en este negocio y deben entender a un público que ansioso exige resultados. Sin picarse profesor Costas, que no a todo el mundo se le compra con parrilladas, el público es más inteligente de lo que usted sospecha, y sabe cuando su equipo no juega a nada.



Foto: rpp.com.pe

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