sábado, 23 de abril de 2011

¿Pizarra o filigrana?

Las dos primeras batallas del épico enfrentamiento que nos vienen regalando Barcelona y Real Madrid han sido divididas una por lado. Aunque algunos dirán que un empate y una victoria en la final de la Copa del Rey favorecen claramente al Real Madrid, la igualdad en el derbi jugado en el Bernabeu prácticamente coronó campeón al Barza de Guardiola, al que sólo una tragedia le robaría el título liguero. Ergo, uno por lado.

Esta repartición de títulos, le regala un morbo especial a los dos partidos que se nos vienen. La Liga de Campeones marcará un punto de quiebre, será el duelo final de dos tendencias futbolísticas diametralmente opuestas. Los dos partidos de UCL serán el colofón a un mes absolutamente soñado por los amantes del fútbol.

Por un lado, podría llegar a su fin este quimérico periodo del que hemos sido emocionados espectadores –Guardiola asegurío hace poco que podría estar llegando a su fin su ciclo en el Barza, y este sería el detonante-, podría ser el punto final de un Barcelona de ensueño, que nos devolvió la fe en un fútbol de toque distinguido, al pie, atractivo y estilizado.

Pero no sería simplemente el fin de este fútbol total, sino que sería el triunfo de la pizarra sobre el potrero. Porque el Real Madrid de Mourinho es una máquina engranada con filigrana, que funciona tal cual su titiritero los dispone, se mueve al ritmo de ‘Mou’ y respira al ritmo de ‘Mou’. Así lo demostró en Mestalla, cuando por momentos fue superado ampliamente por su rival, pero supo agazaparse, esperar su momento y dar la estocada final en el momento indicado, de la mano de su figura excluyente, en antipático pero extraordinario Cristiano Ronaldo.

Nos aguardan 180 minutos del deporte más hermoso del mundo, hoy más hermoso que nunca, y es que ver jugar a estos equipos es sin duda un placer absoluto, verdaderas selecciones mundiales. No se puede asegurar que va a pasar, si primará la belleza del fútbol catalán o se impondrá la táctica y el respeto por el pizarrón que impone el pretencioso entrenador portugués. Sólo resta sentarnos y esperar ansiosos, porque sin duda valdrá la pena.


Foto: elmundo.es


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