 |
| De Julbo Chicha |
La vida de un necio rueda plagada de discusiones. Desde las ligeras y poco peligrosas, hasta las más viscerales y con conato de bronca incluido. Fue justamente en medio de uno de esos encontrones, motivados principalmente por el efecto de la cerveza en el raciocinio, que me vi envuelto en un lio interminable cuyo eje principal era: “Es mejor que los jugadores jóvenes salgan de nuestro medio lo antes posible Vs. Las jóvenes promesas deben quedarse hasta consolidarse, para luego dar el salto a Europa”.
Mi posición era tajante, “Se deben ir inmediatamente, el medio peruano no les ofrece ningún tipo de beneficio”, por el contrario, mi rival aseguraba, “lo mejor es que triunfen acá, para luego dar el salto, ya como figuras”, dando como ejemplo los casos de Farfán y Pizarro.
Porfiado y ‘embalado’, yo aseguraba que NO, que el medio peruano solo pudre a los jugadores, les arruina la carrera, no les permite surgir, poniendo como ejemplos a Mario Gómez, ‘El Pompo’ Cordero, Carlos Flores, entre otros. Mi idea se basaba en la urgente necesidad de alejarlos de este submundo, no importa si la oferta era de Italia, España, Argentina, Holanda, Polonia o Chipre, lo indispensable era salir, dejar atrás el cebichito matutino con sus cervecitas más, los amigos vividores, las vedettes, y esa enorme lista de etcéteras que ya sabemos de memoria.
Mi antagonista, por el contrario, afirmaba muy seguro de sus palabras, que el jugador que llega consolidado en su liga, llega con una mentalidad distinta, con más posibilidades de triunfar, porque la presión es menor. Insistiendo con el caso de Farfán.
“Cuando el jugador es bueno, lo va a demostrar, no importa si es en Groenlandia o en la Liga de la Estrellas, si eres bueno, triunfas, salir de este hábitat que envuelve al ‘pelotero’, es lo principal”, porfié nuevamente.
“Tiene más opciones si sale consolidado de nuestro terruño”, atacó casi sin dejarme terminar, “tiene o no, responde sí o no”. “Seguramente” dije, “pero cuántos jugadores estamos dispuestos a perder en el camino esperando consolidaciones, cuantos más!!”.
Evidentemente la conversación no llegó a ningún lado, y sólo terminó cuando la adormecida enamorada de mi rival puso el grito al cielo, clamando por un cambio de tema.
Yo seguiré defendiendo mi posición, seguiré pensando que los jugadores NECESITAN escapar de los tentáculos de la mediocridad que los rodea, huir apresurados de los ‘amigotes’ que no tienen mayor aporte que el del fracaso. Y ustedes??, que opinan??.
Mi posición era tajante, “Se deben ir inmediatamente, el medio peruano no les ofrece ningún tipo de beneficio”, por el contrario, mi rival aseguraba, “lo mejor es que triunfen acá, para luego dar el salto, ya como figuras”, dando como ejemplo los casos de Farfán y Pizarro.
Porfiado y ‘embalado’, yo aseguraba que NO, que el medio peruano solo pudre a los jugadores, les arruina la carrera, no les permite surgir, poniendo como ejemplos a Mario Gómez, ‘El Pompo’ Cordero, Carlos Flores, entre otros. Mi idea se basaba en la urgente necesidad de alejarlos de este submundo, no importa si la oferta era de Italia, España, Argentina, Holanda, Polonia o Chipre, lo indispensable era salir, dejar atrás el cebichito matutino con sus cervecitas más, los amigos vividores, las vedettes, y esa enorme lista de etcéteras que ya sabemos de memoria.
Mi antagonista, por el contrario, afirmaba muy seguro de sus palabras, que el jugador que llega consolidado en su liga, llega con una mentalidad distinta, con más posibilidades de triunfar, porque la presión es menor. Insistiendo con el caso de Farfán.
“Cuando el jugador es bueno, lo va a demostrar, no importa si es en Groenlandia o en la Liga de la Estrellas, si eres bueno, triunfas, salir de este hábitat que envuelve al ‘pelotero’, es lo principal”, porfié nuevamente.
“Tiene más opciones si sale consolidado de nuestro terruño”, atacó casi sin dejarme terminar, “tiene o no, responde sí o no”. “Seguramente” dije, “pero cuántos jugadores estamos dispuestos a perder en el camino esperando consolidaciones, cuantos más!!”.
Evidentemente la conversación no llegó a ningún lado, y sólo terminó cuando la adormecida enamorada de mi rival puso el grito al cielo, clamando por un cambio de tema.
Yo seguiré defendiendo mi posición, seguiré pensando que los jugadores NECESITAN escapar de los tentáculos de la mediocridad que los rodea, huir apresurados de los ‘amigotes’ que no tienen mayor aporte que el del fracaso. Y ustedes??, que opinan??.
No hay comentarios:
Publicar un comentario