martes, 15 de julio de 2008

Excesos y absurdos en el mundo del fútbol

El deporte visto como industria es, sin lugar a dudas, una de las más rentables para los inversionistas del mundo. Millones de dólares por concepto de traspasos, primas y contratos publicitarios son desembolsados, años tras año, para luego ser fructificados por el inmenso mercado al que la industria deportiva va dirigida. Marcas deportivas como Nike, Adidas, Puma, etc ó empresas de muchos rubros, invierten suculentas cantidades por verse ligadas con el deportista de moda. Astronómicas sumas de dinero convierten entonces a los deportistas, en una suerte de, "gallina de los huevos de oro".

Por dar algunos ejemplos, Tigre Woods, extraordinario golfista, múltiple campeón de cuanto torneo exista en su disciplina, cobró, el año pasado, una cifra aproximada a cien millones de dólares, convirtiéndose así en el deportista mejor pagado del mundo. Incluso, se encuentra próximo a convertirse en el primer deportista mil millonario del mundo, solo por concepto de premios y publicidad. Otros como Valentino Rossi (Motociclismo), Kobe Bryant (Básquetbol), Carson Palmer (Fútbol Americano), Roger Federer (Tenis) ó Kimi Raikkonen (F1) ostentan ganancias que oscilan entre los treinta y sesenta millones de dólares al año.

El fútbol, como deporte de práctica masiva, no es ajeno a estos excesos. Ronaldinho fue el jugador mejor pagado del año 2007 con 38 millones de dólares percibidos en el año, seguido por la estrella mediática, David Beckam, con aproximadamente 32 millones. Henry, Ballack, Ronaldo, Shevchenko, Del Piero, Terry, Gerard y Cannavaro, completan la lista de los diez jugadores mejor pagados del mundo, con ingresos entre 20 y 28 millones por año.

Son estas cifras exorbitantes, las que nos llevan a pensar, en que momento se perdió la brújula??, como es posible que se llegue a pagar 70 millones de dolares en la transferencia de Zinedine Zidane de la Juventus al Madrid, o 65 millones por el pase de Luis figo del Barcelona al Madrid y a nadie le incomode. Hoy no sorprende escuchar que el equipo de la capital española quiera pagar más de cien millones de euros por Cristiano Ronaldo o que Roman Abramovic lleve invertidos más de 600 millones de dólares en lo que a traspasos se refiere, en su corta historia en la Premier League.

No es la idea ponernos en un plan filantrópico, ni satanizar a las empresas o equipos que invierten estos descomunales montos de dinero. Pero tomando en cuenta la pobreza que hay en el mundo, y considerando además, que muchos de estos deportistas vienen de ese mundo lleno de carencias, no es una falta de respeto gastar tan desproporcionadas sumas de dinero en algo que en esencia apareció como una diversión, como un entretenimiento y poco a poco se ha ido materializando? No debería intervenir en este caso algún ente mundial, o aunque suene imposible, la FIFA, para que detenga esta desmesurada avalancha de despilfarro?

Una solución tentativa, podría ser, por ejemplo, destinar un porcentaje de estas descomedidas sumas --una especie de impuesto al derroche-- a organismos como UNICEF, ONU, etc... de tal forma que ese despilfarro monetario que vivimos actualmente se convierta en un punto a favor de quienes más lo necesitan.

El fútbol y el deporte en general debe mantener su propiedad principal, el divertir, y no convertirse en el negocio mas rentable para algunos que únicamente quieren llenarse los bolsillos con el talento de otros.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Con la plata baila el mono, y el futbol es lo que es por el dinero!! no vengan con tonterias!