Transitar Lima entre la 6 de la tarde y las 9 de la noche es un espectáculo tortuoso, sobre todo si es por alguna vía principal. Este fenómeno obliga a observar cuanto cartel luminoso, afiche o pleito taxi vs combi, combi vs taxi, taxi vs taxi, combi vs combi encuentre uno a lo largo de su periplo. En uno de esos tantos recorridos, en esos desvaríos nocturnos a ritmo de procesión, llamó poderosamente mi atención el cartel referido a la trasmisión del torneo Descentralizado 2009 por DirecTv, ese que evidencia la guerra de los servidores de cable -los que lo hacen por deporte y los que tienen 800 mil cámaras en el estadio-. En aquel afiche se pierden en un abrazo -cortesía del fotoshop- Roberto “Chorrillano” Palacios, por Sporting Cristal, un eminente representante del poderoso Inti Gas Deportes, que no puedo identificar; Mayer Candelo, por el Juan Aurich de Chiclayo; Pedrito García, del bicampeón peruano; y algunos pasos fuera de este colage de imágenes peloteras, aparecía una figura que por un momento no detectaba, pero segundos mas tarde logré reconocer. Se trata del gran Miguel Mostto, en representación del león porteño.
Fue entonces, aún metido en ese insoportable concierto de bocinas y gritos que pensé: “Mostto no estaba en Inglaterra??? En ese equipo…. Barnsby, Bornley, Birday, Barnsley!!!!”. Pero cómo es posible que un jugador que regresa de la segunda división Inglesa, por más segunda división que esta sea, no sea titular indiscutible en un club como el Atlético Chalaco, que sin desmerecer, no tiene un plantel plagado de estrellas ni mucho menos, y sobre todo, juega con tres delanteros? Extraño, por decir lo menos, tomando en cuenta el precio que le debe significar una inversión así a un club pequeño. Es increíble que jugadores que en teoría tienen cierto nivel o cartel de estrella, de la noche a la mañana se conviertan en nefastos.
Ahí es donde el letargo del tránsito vuelve a hacer efecto, y nuevamente giro sobre el eje de la comunicación interna, ahora con una nueva dirección. “Entonces no será que Mostto no era bueno, sino que su representante era un genio?? ¿Como llegó Abel Lobatón al Paranaense?, ¿como salió del Perú?, jugó en Portugal, Ecuador, Chipre, Kuwait, o como está “Solanito” Guevara fuera del Perú??? Y cómo llegó a jugar Perillo aquí, cómo llegó a jugar fútbol!!! –otro giro y van dos- Gorostidi, jaja! Mina Polo, el que vino a Alianza con la pierna rota y sólo había jugado fútbol playa en su país!!”
De esas historias en nuestro balompié hay demasiadas, de los que emigran y de los que importamos. Y es que el representante es una figura poco destacada en el desastre futbolístico nacional o mundial. Historias como las de Paco Casal en Uruguay o ahora Carlos Delgado y el grupo Image, son pan de cada día en el fútbol. Estos personajes son quienes bajo el manto de la legalidad, convierten el deporte en un lucrativo negocio, apartándolo de su misión principal.
Mostto o Lobatón no tienen la culpa, ellos son simples jugadores, y un contrato suculento no le viene mal a nadie, claro está que el grueso del dinero se lo llevan los empresarios y los directivos. Sino pregúntenle a Jürgen Born, ex presidente del Werder Bremen, que tuvo que salir disparado luego del escándalo del traspaso de Roberto Silva por una cifra cercana al millón y medio de dólares, cuando su precio era de medio millón –y ahí ya estaba inflado en 400 mil dólares aproximadamente-. En ese supuesto traspaso, eran Delgado, Born, DR y Pizarro Bossio, quienes se llevaban la parte mas suculenta de esta torta.
Entonces, indefectiblemente el juego se convierte en un simple negocio, donde no se busca triunfar, sino vender, donde los que ganan no son los espectadores, sino los empresarios y dirigentes, donde pesa mas la venta de sourvenirs que obtener un copa.
El fútbol -por enésima vez- está creado, está dirigido, y está concebido para el hincha. Debe estar destinado únicamente a divertir, en un plano mucho más sentimental que una simple diversión, es cierto, pero esparcimiento al fin. Lamentablemente el dinero está puesto sobre la mesa y lo que se está corroyendo al final, es la esencia del fútbol.
Fue entonces, aún metido en ese insoportable concierto de bocinas y gritos que pensé: “Mostto no estaba en Inglaterra??? En ese equipo…. Barnsby, Bornley, Birday, Barnsley!!!!”. Pero cómo es posible que un jugador que regresa de la segunda división Inglesa, por más segunda división que esta sea, no sea titular indiscutible en un club como el Atlético Chalaco, que sin desmerecer, no tiene un plantel plagado de estrellas ni mucho menos, y sobre todo, juega con tres delanteros? Extraño, por decir lo menos, tomando en cuenta el precio que le debe significar una inversión así a un club pequeño. Es increíble que jugadores que en teoría tienen cierto nivel o cartel de estrella, de la noche a la mañana se conviertan en nefastos.
Ahí es donde el letargo del tránsito vuelve a hacer efecto, y nuevamente giro sobre el eje de la comunicación interna, ahora con una nueva dirección. “Entonces no será que Mostto no era bueno, sino que su representante era un genio?? ¿Como llegó Abel Lobatón al Paranaense?, ¿como salió del Perú?, jugó en Portugal, Ecuador, Chipre, Kuwait, o como está “Solanito” Guevara fuera del Perú??? Y cómo llegó a jugar Perillo aquí, cómo llegó a jugar fútbol!!! –otro giro y van dos- Gorostidi, jaja! Mina Polo, el que vino a Alianza con la pierna rota y sólo había jugado fútbol playa en su país!!”
De esas historias en nuestro balompié hay demasiadas, de los que emigran y de los que importamos. Y es que el representante es una figura poco destacada en el desastre futbolístico nacional o mundial. Historias como las de Paco Casal en Uruguay o ahora Carlos Delgado y el grupo Image, son pan de cada día en el fútbol. Estos personajes son quienes bajo el manto de la legalidad, convierten el deporte en un lucrativo negocio, apartándolo de su misión principal.
Mostto o Lobatón no tienen la culpa, ellos son simples jugadores, y un contrato suculento no le viene mal a nadie, claro está que el grueso del dinero se lo llevan los empresarios y los directivos. Sino pregúntenle a Jürgen Born, ex presidente del Werder Bremen, que tuvo que salir disparado luego del escándalo del traspaso de Roberto Silva por una cifra cercana al millón y medio de dólares, cuando su precio era de medio millón –y ahí ya estaba inflado en 400 mil dólares aproximadamente-. En ese supuesto traspaso, eran Delgado, Born, DR y Pizarro Bossio, quienes se llevaban la parte mas suculenta de esta torta.
Entonces, indefectiblemente el juego se convierte en un simple negocio, donde no se busca triunfar, sino vender, donde los que ganan no son los espectadores, sino los empresarios y dirigentes, donde pesa mas la venta de sourvenirs que obtener un copa.
El fútbol -por enésima vez- está creado, está dirigido, y está concebido para el hincha. Debe estar destinado únicamente a divertir, en un plano mucho más sentimental que una simple diversión, es cierto, pero esparcimiento al fin. Lamentablemente el dinero está puesto sobre la mesa y lo que se está corroyendo al final, es la esencia del fútbol.
De Julbo Chicha |
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