Culpar exclusivamente a Malingas de la eliminación crema podría sonar exagerado; “un sólo jugador no define un partido”, dirían algunos, “todo el equipo jugo mal”, dirán otros, pero lo visto en el terreno del Atahualpa de Quito va más allá del entendimiento, del razonamiento lógico, de la compresión humana. Pocas veces se había visto tan contundente muestra de inoperancia, nunca un jugador peruano dio tanta pena dentro de un terreno de juego como lo hizo el “Malingas” Jiménez.
A un delantero se le puede permitir fallar, sobre todo si actúa en el medio peruano y es obvio que un delantero infalible e implacable no tendría por qué estar jugando en el Perú. Pero todo tiene sus límites, una cosa es fallar y otra muy diferente es lo que hizo Roberto Jiménez, tanto en el partido de ida como en el de vuelta.
Universitario no generó muchas oportunidades de gol frente a un equipo realmente nada espectacular, Deportivo Quito sin duda se irá eliminado en la siguiente ronda y que nadie se sorprenda si es por un marcador de escándalo. La “U” otra vez a nivel internacional quedo en deuda.
Pero de las pocas situaciones que creó, las más claras que tuvo fueron literalmente dilapidadas por la inutilidad de un delantero que definitivamente no tiene ninguna capacidad. Dos pases en cortada del “vagón” Héctor Hurtado dejaron a Jiménez cara a cara con el arquero, a tiro de gol, y es ahí donde insistimos, Malingas no estaba en la obligación de hacer el gol, pero por lo menos, aunquesea, por último, mínimo, tenía que ¡¡¡darle a la pelota!!!. En el partido en Lima, Jiménez intenta picar la pelota emulando al mismísimo Romario, y simplemente levantó una enorme champa de pasto del gramado del Monumental. Para el partido de vuelta en Quito, el fútbol le daría una revancha, una jugada exactamente igual, donde aquel gol ponía a la “U” a tiro de clasificación a falta de treinta minutos y Malingas obtendría el cartel de héroe, la U su primera clasificación en Sudamericana, y la hinchada corearía el nombre del Piurano, y que sucedió???, le regaló la pelota al arquero, un tiro realmente patético, que no generó nisiquiera un ¡¡UFF!! entre los asistentes. Una muestra más de la inutilidad del delantero. Pero el fin de fiesta que Malingas tenía preparado era increíble, iba mas allá de lo que cualquier hincha podría jamás imaginar, ni el máximo detractor del delantero soñó con tan rimbombante exposición de ineficacia. Luego del descuento, Universitario había presionado al cuadro ecuatoriano al punto de haber generado algunas acciones de peligro. Faltando tres minutos para el final del partido, una falta al borde del área le regalaba a la U la opción a clasificar. Luís Ramírez ubica la pelota haciendo todo el amago de centrar al corazón del área, y sorpresivamente, hace un pase lateral, paralelo al arco, hacia el centro, a la altura de la media luna del área grande, donde luego de un movimiento sorpresivo Jiménez se encontraba TOTALMENTE SOLO, esperando ansioso aquel balón. Al encontrarse en esa situación, Roberto Jiménez se adelantó al momento y pensó en la celebración, pensó en los titulares en Lima, como “Malingol” ó “San Malingas”, y haciendo un giro realmente gimnástico, un movimiento de pierna teóricamente perfecto, encaró aquel balón, soñando con la gloria. Los pocos peruanos que se encontraban en el estadio se pararon de sus asientos, los ecuatorianos miraban con desilusión aquel movimiento del peruano………cuando de pronto y ante el desconcierto de todos, la pelota siguió su curso paralelo al arco!!! El Malingas, NO LE HABÍA DADO A LA PELOTA!!!!!!
Como soportar que un jugador que pasa quince horas --mínimo-- a la semana pateando una pelota y que lleva más de diez años en el fútbol cometa semejante burrada. Hagamos matemática simple. Si un año tiene 52 semanas y Malingas pasa 15 horas a la semana pateando la pelota, tenemos como resultado 780 horas al año pateando una pelota, y esto multiplicado por sus diez años en el fútbol, nos da 7800 horas de su vida pateando un balón. Conocido esto: ¿Cómo es posible que no sea capaz de darle a la pelota de forma respetable --o simplemente darle-- tres veces en dos partidos? ¿Cómo es posible que este sujeto haya llegado al fútbol argentino?, o en todo caso, ¿Qué fue lo que le pasó en aquel paso por el país sureño?.
Malingas agotó absolutamente todas sus oportunidades con Universitario, y cada vez es más clara la imagen de Jiménez con la camiseta rayada, blanquiceleste, de Alianza Atlético. Este último espectáculo debe abrirle los ojos a Gareca y devolver a Malingas al sitio que jamás debió dejar, aquel sitio que tan conocido se le hizo en Argentina y que al parecer ahora se convertirá en su segundo hogar, la banca de suplentes.
A un delantero se le puede permitir fallar, sobre todo si actúa en el medio peruano y es obvio que un delantero infalible e implacable no tendría por qué estar jugando en el Perú. Pero todo tiene sus límites, una cosa es fallar y otra muy diferente es lo que hizo Roberto Jiménez, tanto en el partido de ida como en el de vuelta.
Universitario no generó muchas oportunidades de gol frente a un equipo realmente nada espectacular, Deportivo Quito sin duda se irá eliminado en la siguiente ronda y que nadie se sorprenda si es por un marcador de escándalo. La “U” otra vez a nivel internacional quedo en deuda.
Pero de las pocas situaciones que creó, las más claras que tuvo fueron literalmente dilapidadas por la inutilidad de un delantero que definitivamente no tiene ninguna capacidad. Dos pases en cortada del “vagón” Héctor Hurtado dejaron a Jiménez cara a cara con el arquero, a tiro de gol, y es ahí donde insistimos, Malingas no estaba en la obligación de hacer el gol, pero por lo menos, aunquesea, por último, mínimo, tenía que ¡¡¡darle a la pelota!!!. En el partido en Lima, Jiménez intenta picar la pelota emulando al mismísimo Romario, y simplemente levantó una enorme champa de pasto del gramado del Monumental. Para el partido de vuelta en Quito, el fútbol le daría una revancha, una jugada exactamente igual, donde aquel gol ponía a la “U” a tiro de clasificación a falta de treinta minutos y Malingas obtendría el cartel de héroe, la U su primera clasificación en Sudamericana, y la hinchada corearía el nombre del Piurano, y que sucedió???, le regaló la pelota al arquero, un tiro realmente patético, que no generó nisiquiera un ¡¡UFF!! entre los asistentes. Una muestra más de la inutilidad del delantero. Pero el fin de fiesta que Malingas tenía preparado era increíble, iba mas allá de lo que cualquier hincha podría jamás imaginar, ni el máximo detractor del delantero soñó con tan rimbombante exposición de ineficacia. Luego del descuento, Universitario había presionado al cuadro ecuatoriano al punto de haber generado algunas acciones de peligro. Faltando tres minutos para el final del partido, una falta al borde del área le regalaba a la U la opción a clasificar. Luís Ramírez ubica la pelota haciendo todo el amago de centrar al corazón del área, y sorpresivamente, hace un pase lateral, paralelo al arco, hacia el centro, a la altura de la media luna del área grande, donde luego de un movimiento sorpresivo Jiménez se encontraba TOTALMENTE SOLO, esperando ansioso aquel balón. Al encontrarse en esa situación, Roberto Jiménez se adelantó al momento y pensó en la celebración, pensó en los titulares en Lima, como “Malingol” ó “San Malingas”, y haciendo un giro realmente gimnástico, un movimiento de pierna teóricamente perfecto, encaró aquel balón, soñando con la gloria. Los pocos peruanos que se encontraban en el estadio se pararon de sus asientos, los ecuatorianos miraban con desilusión aquel movimiento del peruano………cuando de pronto y ante el desconcierto de todos, la pelota siguió su curso paralelo al arco!!! El Malingas, NO LE HABÍA DADO A LA PELOTA!!!!!!
Como soportar que un jugador que pasa quince horas --mínimo-- a la semana pateando una pelota y que lleva más de diez años en el fútbol cometa semejante burrada. Hagamos matemática simple. Si un año tiene 52 semanas y Malingas pasa 15 horas a la semana pateando la pelota, tenemos como resultado 780 horas al año pateando una pelota, y esto multiplicado por sus diez años en el fútbol, nos da 7800 horas de su vida pateando un balón. Conocido esto: ¿Cómo es posible que no sea capaz de darle a la pelota de forma respetable --o simplemente darle-- tres veces en dos partidos? ¿Cómo es posible que este sujeto haya llegado al fútbol argentino?, o en todo caso, ¿Qué fue lo que le pasó en aquel paso por el país sureño?.
Malingas agotó absolutamente todas sus oportunidades con Universitario, y cada vez es más clara la imagen de Jiménez con la camiseta rayada, blanquiceleste, de Alianza Atlético. Este último espectáculo debe abrirle los ojos a Gareca y devolver a Malingas al sitio que jamás debió dejar, aquel sitio que tan conocido se le hizo en Argentina y que al parecer ahora se convertirá en su segundo hogar, la banca de suplentes.
2 comentarios:
Pero que hijo de p........... que eres malingas!!! por que no te quedaste en argentina o mejor!! porque no estabs en el bus que llevaba a Nectar!!! ahi te debiste incendiar!!!
les aseguro que este miserable se va a sullana y hace 20 goles, es un mediocre maldito, jugador de equipo chico!!!
este fracasado no le hace goles ni a beingolea, este no se la mete ni a la potoncita adaro queera mas facil que contarhasta dos!! no jodan!! no mas mierdas a la "U"
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