Universitario De Deportes es un club ingrato con sus jugadores. Ídolos de la Trinchera han salido por la puerta trasera, recibiendo un trato por demás injusto para jugadores que lo dieron todo por la camiseta. Se vienen a la cabeza nombres como el del Ratón Silva, el Pato Letelier, Jorge Amado Nunes, Gustavo Grondona, El “Puma” Carranza, Roberto Martinez… cada uno con una historia diferente, pero con el mismo final: el maltrato de la dirigencia de turno y la salida por la puerta falsa. Y tal es el caso de Oscar Ibáñez. Un argentino que vino de prueba a Alianza Lima en 1993, prueba que no pasó –el chileno Miguel Angel Arrué dijo que no- por lo que tuvo que buscarse la suerte en provincias. Llegó a Trujillo, al Manucci, pasó a Municipal y en 1996 recibió su oportunidad: el arco de un grande como la “U”. Bajo esos tres palos pasó siete años, ganando tres títulos nacionales y un Apertura, demostrando un liderazgo que lo llevó a ser el capitán junto a Carranza y a Del Solar.
Pero este liderazgo fue el que lo sacó de la “U”: 2002 probablemente haya sido el peor año económicamente para el club, e Ibáñez no se quedó callado. Reclamó su sueldo y el de sus compañeros, cosa que no gustó a los dirigentes, quienes optaron por sacar al “problemático” portero. Ibáñez ya era socio del club, había declarado en reiteradas ocasiones que él se retiraría jugando por la “U”, pero OTRA VEZ, y siguiendo el hilo de siempre en los posts de este blog, los dirigentes, ese grupo de infaustos personajes que dirigen a su antojo nuestro julbo-chicha, se encargaron de ponerle la cruz, alegando que ya estaba viejo y que no entraba en los planes. Ibáñez tristemente tuvo que abandonar el equipo de sus amores, al cual le dio tanto, y pasó a Cienciano para ganar la Sudamericana y la Recopa.
Hoy Ibáñez vuelve a la “U” para retirarse, y las opiniones están en los extremos. Esto es fútbol y no caben las medias tintas. Hay hinchas que no aceptan su regreso por varios motivos, como su edad –cuatro décadas pesan mucho en el fútbol, y ahí tenemos el ejemplo de Marco Ballotta, arquero de Lazio de Roma, quien ha tenido que actuar con 43 años, cometiendo errores de muchachos de 17-. Se dice también que si viene, será para ser suplente de Fernández y que sólo viene al club para enseñarle lo que sabe. Otros, más desmemoriados y hasta malcriados, dicen que es un arquero sin condiciones técnicas y que lo único que sabe es achicar el ángulo. De cuántas goleadas salvó Ibáñez a la “U” con ese famoso achique. Dicen también que Ibáñez pudo volver a la “U” en el 2004 y prefirió quedarse en Cienciano para ganar más dinero, y los fundamentalistas del fútbol dicen que con esa decisión Ibáñez perdió toda su mística y el respeto de la hinchada. Dicen también que en 2002, con la crisis económica, era el único que cobraba su sueldo, así lo mantenían callado y no hacía problemas.
Son mitos y leyendas cuya verdad nunca se sabrá. De lo único de lo que podemos estar seguros, es de que Ibáñez será un gran aporte al grupo de Universitario, esté en la cancha o fuera de ella. Luego del último partido del Clausura 2007, con la San Martín, quedó claro que la Trinchera Norte no soportará un año más sin campeonar. Y tener a un socio, hincha e ídolo de la hinchada como Oscar Ibáñez en el equipo será muy importante.
Pero este liderazgo fue el que lo sacó de la “U”: 2002 probablemente haya sido el peor año económicamente para el club, e Ibáñez no se quedó callado. Reclamó su sueldo y el de sus compañeros, cosa que no gustó a los dirigentes, quienes optaron por sacar al “problemático” portero. Ibáñez ya era socio del club, había declarado en reiteradas ocasiones que él se retiraría jugando por la “U”, pero OTRA VEZ, y siguiendo el hilo de siempre en los posts de este blog, los dirigentes, ese grupo de infaustos personajes que dirigen a su antojo nuestro julbo-chicha, se encargaron de ponerle la cruz, alegando que ya estaba viejo y que no entraba en los planes. Ibáñez tristemente tuvo que abandonar el equipo de sus amores, al cual le dio tanto, y pasó a Cienciano para ganar la Sudamericana y la Recopa.
Hoy Ibáñez vuelve a la “U” para retirarse, y las opiniones están en los extremos. Esto es fútbol y no caben las medias tintas. Hay hinchas que no aceptan su regreso por varios motivos, como su edad –cuatro décadas pesan mucho en el fútbol, y ahí tenemos el ejemplo de Marco Ballotta, arquero de Lazio de Roma, quien ha tenido que actuar con 43 años, cometiendo errores de muchachos de 17-. Se dice también que si viene, será para ser suplente de Fernández y que sólo viene al club para enseñarle lo que sabe. Otros, más desmemoriados y hasta malcriados, dicen que es un arquero sin condiciones técnicas y que lo único que sabe es achicar el ángulo. De cuántas goleadas salvó Ibáñez a la “U” con ese famoso achique. Dicen también que Ibáñez pudo volver a la “U” en el 2004 y prefirió quedarse en Cienciano para ganar más dinero, y los fundamentalistas del fútbol dicen que con esa decisión Ibáñez perdió toda su mística y el respeto de la hinchada. Dicen también que en 2002, con la crisis económica, era el único que cobraba su sueldo, así lo mantenían callado y no hacía problemas.
Son mitos y leyendas cuya verdad nunca se sabrá. De lo único de lo que podemos estar seguros, es de que Ibáñez será un gran aporte al grupo de Universitario, esté en la cancha o fuera de ella. Luego del último partido del Clausura 2007, con la San Martín, quedó claro que la Trinchera Norte no soportará un año más sin campeonar. Y tener a un socio, hincha e ídolo de la hinchada como Oscar Ibáñez en el equipo será muy importante.
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