lunes, 26 de septiembre de 2011

Y entonces, sucedió...


Han pasado ya nueve años desde que se jugó el primer clásico en el estadio Monumental de Ate. Por aquella época tenía yo 16 años y no fue difícil decidir no ir al colegio para dirigirme a la primera final del apertura de ese año. Ya desde aquel primer partido, y aunque todo el mundo puso especial énfasis en las tribunas por los incidentes que se suscitaron -el comando sur intentó demoler el estadio desde su posición, y destrozar toda propiedad privada que estuviera entre el jockey plaza y el estadio-, lo que acaecía sobre las tribunas era una bomba de tiempo. Grescas terribles, vasos que volaban, hielo usado como proyectil, licor en altas dosis, drogas de todo calibre -porque les aseguro que la requisa de la entrada a palcos no rebusca ni las billeteras, ni el bolsillo chiquito del jean-, es decir, todos los condimentos necesarios para convertir la zona de palcos en una tragedia.

En esa ocasión, por el ya lejano 2002 no sucedió nada TAN grave como lo del sábado, ni tampoco en los clásicos sucesivos, pero eso no quiere decir que dejaron de haber escándalos, pleitos, licor y drogas. Era simplemente cuestión de tiempo para que algo suceda. Pero la inteligencia limitada de policías y dirigentes impidió que miren por encima del marco de sus lentes, sobre las tribunas populares, y tomen medidas.

Que nadie se me ofenda, pero ese mito de que en los palcos se encuentra únicamente gente de clase alta, de estratos sociales elevados, caballeros ilustrados y sumamente civilizados, es una leyenda urbana. Porque por 1000 soles se alquila un palco en tribuna sur para 9 personas, lo que dividido se traduce en ciento once soles con once céntimos por cabeza. Entonces, no hay que ser Dionisio Romero ni Bill Gates para hacerse de uno para este partido. Entonces, ¿¿¿cómo un operativo policial de 4 mil policías no consideró nunca, ni este sábado ni en partidos pasados, cuidar la zona de palcos???. Más aun si es de conocimiento público que 24 horas antes del encuentro yo puedo convertir mi palco en la vendimia de Ica.

Vivimos en una sociedad que se pudre, y nadie hace nada por cambiarlo. Chiquillos se matan por el color de una camiseta. Adoctrinados patológicamente, manifiestas su frustración, envidia y odio, sacando le peor de ellos. Eso es una realidad y nadie puede negarla. Pero más allá de eso, la violencia es un tema de país, que no le corresponde a Universitario, Alianza Lima, Sporting Cristal o Sport Boys, le corresponde al gobierno, al estado y sus instituciones tomar medidas. El sábado fue blanquiazul, mañana crema -¿habrá "vuelto" en el próximo clásico de Matute?-, pasado mañana celeste y nada tiene que ver la muerte con el fútbol. Los clubes, conscientes de esta realidad, deberán ponerle mayor énfasis a temas de seguridad, porque es imposible permitir más de esto. Pero acabar con el fútbol como algunos ilusos exigen, es inadmisible. Si la solución que tienen es paralizar o desaparecer el fútbol, estos miserables, asesinos, enfemros mentales o como quieran llamarlos –menos hinchas, porque no lo son- se van a hacer "fanáticos" del backgammon, y en el campeonato nacional de backgammon van a matar a alguien, es un tema social, la pelota no tiene la culpa.

Por otro lado, y aunque parezca injusto, todos los que vivimos en este país necesitamos tomar medidas, no podemos andar por la vida pensando que esto es el Shangri-La. Que no se malinterprete este comentario final, que se entienda como tal. No se puede alquilar un palco, en el estadio del clásico rival, atiborrarlo de banderas, provocar y no esperar reacción. NO SE JUSTIFICA LO SUCEDIDO, se repudia, y esperamos que los culpables reciban todo el peso de la ley, pero por sentido común se tiene que ser más mesurado. Yo no puedo caminar por la Franja de Gaza con un disfraz del Tio Sam, o un polo de “I love NY”. Es exagerado el ejemplo?, quizá, pero lamentablemente a eso estamos llegando. Lamentablemente entre la incapacidad de los dirigentes y actitudes deplorables de algunos pseudo hinchas ante la pasividad de gobiernos que nada hacen por arreglar el problema y solo miran cifras macroeconómicas, estás acabando con el fútbol.

foto: m24digital.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una prueba más (si es que faltaba alguna) que el problema principal de nuestro futbol es la INEPTITUD, de los dirigentes, desde los clubes hasta la FPF, (O no Manuelito?).