martes, 28 de junio de 2011

Un enorme punto de partida



El pueblo crema celebra airoso el título de Universitario en la primera edición de la Copa Movistar Libertadores Sub-20, y con todo derecho. Los jóvenes cremas hicieron un excelente campeonato, demostrando estar a la altura de los grandes de Sudamérica, venciendo por penales a Boca Juniors, favorito indiscutible para quedarse con el torneo. Si a esto se le suma el aliciente de haber eliminado a Alianza Lima en semifinales, la campaña merengue tiene todos los ingredientes para ser mítica.

Pero vayamos un paso más allá del calor del título, obviemos el eco mediático y miremos sobre el papel picado y las bengalas que hoy explotan ensalzando a los dirigidos por Javier Chirinos. Porque lo realmente importante de este título, lejos de ser la copa per se, es principalmente el cambio en el chip del jugador peruano, sobre todo del jugador JOVEN peruano. Ya era hora de formar en nuestro país una generación de futbolistas ganadores, consolidar futbolistas acostumbrados al triunfo, y con la autoridad suficiente para poner el pecho ante situaciones complejas, con la autosuficiencia y la mentalidad sana que regala el éxito.


Cansados debemos estar de selecciones que pintaban para exitosas y fueron desvaneciéndose entre fracasos y eliminaciones prematuras. Esto que ha conseguido Universitario -y Alianza Lima, no seamos mezquinos, un cuarto puesto no es nada despreciable- es un enorme primer paso para apoyar la reestructuración del fútbol peruano, y sobre todo el trabajo de menores, que tan venido a menos anduvo durante tantos años.


Trabajemos todos para que esto no sea flor de un día, que no sea una ilusión o un pasaje efímero y sin importancia que se pierda en algún capitulo sin sentido de ‘Crónicas’ de Beingolea, y lo único que nos siga generando sea nostalgia. El fútbol peruano debe apoyarse en sus futbolistas, que vaya si hay, los Polos, Flores, Romeros, Bazanes, Ascues, Duartes. Es cierto que son ellos los que tienen que soportar el peso del recambio, pero sin un trabajo dirigencial serio, de nivel, es imposible que se llegue a ninguna parte.


El primer paso ya se dio, y ahora debemos mantener este ritmo ascendente. Felicitaciones Universitario de Deportes, y muchas gracias por esta inmensa alegría.






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