miércoles, 2 de septiembre de 2009

Todavía (a pesar de todo) quiero verte

De Julbo Chicha


En una situación normal, si la lógica cumple con su papel estadístico, si las probabilidades se hacen fuertes, si la coyuntura pone su granito de arena y la incapacidad el resto, volveremos a perder en eliminatorias. Perú debería perder. Merecería perder. Pero finalmente, lo que suceda en las próximas cuatro fechas –Uruguay, Venezuela, Argentina y Bolivia- no será más que una anécdota, un mal presentimiento. Es prácticamente de conocimiento público que por lo menos una goleada más nos vamos a comer, y esto no debe ofender a nadie.

Pero la idea del post no es humillar más a un ya humillado plantel nacional. Por el contrario. Lo mencionado líneas arriba, aunque más de un mojigato reaccione llamándonos traidores o antipatriotas, es lo que 90% de los aficionados pensamos. Justamente, basándonos en eso, tratemos de hacer que este sinuoso camino sea más sobrellevable, para los jugadores e hinchas, víctimas en muchos casos de la inoperancia contextual. Todos los demás implicados –cuerpo técnico, dirigentes y jugadores traidores-, absolutamente todos, sin dejar uno en pié, deben asumir su culpa y sentir el inmenso repudio que se registra hacia esta interminable lista de nulos que hoy nos ubican en el fondo de la tabla.

Por dar un ejemplo, cómo es posible que este personaje patético -que por ponerse zapatos de charol y un terno con una insignia bordada siente que es un entrenador de nivel europeo- diga tan suelto de huesos, con la ligereza que lo caracteriza: “Espero terminar las eliminatorias ganando algún partido”. ¿?¿?¿?¿?¿?¿? Es verdad lo que escuchamos? o es que quizá este personaje ha sido extraído de una obra teatral de algún maestro francés, amos y señores del absurdo y el desconcierto. Encantado habría estado Georges Feydeau de escribir acerca de este paupérrimo remedo de entrenador, mascullando en conferencia de prensa alguna de estas estupideces, que solo generan en el hincha una mayor sensación de cólera.

Entonces, los cuatro partidos restantes significarán una suerte de viacrucis para los HINCHAS de la Selección Nacional, para aquellos que eliminatoria tras eliminatoria sueñan con ir al mundial, con ver esa camiseta blanca con franja roja, codeándose con los mejores del mundo, y caer probablemente en fase de grupos, pero estar, ser parte. Lamentablemente, un enorme grupo de ineficaces les niegan la posibilidad conseguir aquel cada vez más utópico objetivo.

Por otro lado, e intentando aclarar, la misión del FANÁTICO, tal y como ha quedado demostrado a lo largo de la historia, es así, homérica, imperturbable, ardida. La tarea del HINCHA -el verdadero- es y seguirá siendo la de mantenerse en pie, apoyando e insistiendo cuando la situación, por más negativa que fuese así lo exige, y por otro lado la de celebrar como propio el triunfo cuando este se presenta. No hay lugar a reclamos, eso habrá que dejárselo a los aficionados, aquellos que pagan por un espectáculo, e indudablemente en nuestros estadios no lo habrán de encontrar –salvo algún esporádico concierto-. En estos momentos difíciles, el Perú -La Selección- más que nunca necesita HINCHAS, PARTIDARIOS, SEGUIDORES, ADICTOS, los que buscan entretenimiento, ahí tienen el teatro.


De Julbo Chicha

2 comentarios:

Anónimo dijo...

osea para ser incha ay que segir a un grupo de brutos que solo pierden ts no pe, entonces me hago hincha del barceloa q gana too X.x

Anónimo dijo...

Ah tu eres mosca ah! riconchet..