Siete días antes del inicio del campeonato --siete!!!--, en una más de las torpes colaboraciones de nuestros “dirigentes”, se decidió que todos los equipos que participan en el torneo apertura deben acumular para el final del campeonato 1170 minutos --13 partidos -- disputados por jugadores nacidos como mínimo en el año 89. De lo contrario, por cada noventa minutos o fracción que no se haya cumplido, el equipo se verá sancionado con la reducción de tres puntos.
Los pros y contras de la medida pueden ser debatidos en su momento, la crítica actual se enfoca en el hecho que, a una semana del inicio del campeonato, cuando cada equipo tenía elaborado su plan de trabajo --suponemos--, contaba con sus plantillas definidas y buscaba afrontar el Apertura según lo preestablecido en una larga pretemporada, aparecen nuevamente estos personajes extraídos de una película de terror, un grupete de mequetrefes vestidos de saco y corbata, que obligaban a los entrenadores a revisar un trabajo de meses –si contamos desde el final del clausura 2007-- y en siete días, intentar acoplar nuevos elementos a sus plantillas, para cubrir esta absurda bolsa de minutos.
“La medida favorece el desarrollo de los jóvenes” dicen algunos, “el que es bueno lo demuestra solo, sin necesidad de obligarlo a jugar” cuestionan otros. Los argumentos a favor y en oposición a la medida son incontables, como incontable es también la estupidez de quienes promulgaron esta norma a tan poco tiempo del inicio del campeonato.
Dada esta situación, y demostrando que la regla no favorece en absoluto al crecimiento de los jóvenes, para librarse del problema, Cristal decidió enviar a nueve sub-20 para enfrentar a Cienciano en Cuzco, un partido que en los pronósticos se podía dar por perdido, incluso con el equipo principal, pero que sirvió para abarrotar de vergüenza la hoy famosa bolsa de minutos. Debido a este precedente, y tomando en cuenta que el partido con Cienciano en Cuzco se podría considerar un partido a perder para todos los equipos, el campeonato toma un color cada vez mas rojo.
Nuevamente la misma conclusión, otra vez la aplicación del facilismo en nuestro país, se promulgo una regla sin ser evaluada a conciencia, sin estudiarla a fondo. Una vez más nuestros dirigentuchos embarraron lo que podría haber sido un campeonato más que entretenido. Nuevamente somos testigos de la estupidez exagerada de esta casta de imbéciles que manejan el fútbol peruano como si fuera su granja.
Los pros y contras de la medida pueden ser debatidos en su momento, la crítica actual se enfoca en el hecho que, a una semana del inicio del campeonato, cuando cada equipo tenía elaborado su plan de trabajo --suponemos--, contaba con sus plantillas definidas y buscaba afrontar el Apertura según lo preestablecido en una larga pretemporada, aparecen nuevamente estos personajes extraídos de una película de terror, un grupete de mequetrefes vestidos de saco y corbata, que obligaban a los entrenadores a revisar un trabajo de meses –si contamos desde el final del clausura 2007-- y en siete días, intentar acoplar nuevos elementos a sus plantillas, para cubrir esta absurda bolsa de minutos.
“La medida favorece el desarrollo de los jóvenes” dicen algunos, “el que es bueno lo demuestra solo, sin necesidad de obligarlo a jugar” cuestionan otros. Los argumentos a favor y en oposición a la medida son incontables, como incontable es también la estupidez de quienes promulgaron esta norma a tan poco tiempo del inicio del campeonato.
Dada esta situación, y demostrando que la regla no favorece en absoluto al crecimiento de los jóvenes, para librarse del problema, Cristal decidió enviar a nueve sub-20 para enfrentar a Cienciano en Cuzco, un partido que en los pronósticos se podía dar por perdido, incluso con el equipo principal, pero que sirvió para abarrotar de vergüenza la hoy famosa bolsa de minutos. Debido a este precedente, y tomando en cuenta que el partido con Cienciano en Cuzco se podría considerar un partido a perder para todos los equipos, el campeonato toma un color cada vez mas rojo.
Nuevamente la misma conclusión, otra vez la aplicación del facilismo en nuestro país, se promulgo una regla sin ser evaluada a conciencia, sin estudiarla a fondo. Una vez más nuestros dirigentuchos embarraron lo que podría haber sido un campeonato más que entretenido. Nuevamente somos testigos de la estupidez exagerada de esta casta de imbéciles que manejan el fútbol peruano como si fuera su granja.
1 comentario:
Estan buenas las modelos
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